Desde que era niña, el deporte ha sido una luz que ha guiado mi vida. Aunque he explorado muchas disciplinas, es el balonmano el que ha cautivado mi corazón. Por desgracia, una serie de lesiones (ya habrás oído hablar de las lesiones del ligamento cruzado) me obligaron a tomarme un descanso de esta pasión durante mi juventud en París. Pero en 2014, todo cambió cuando me mudé a la Vendée. Fue entonces cuando CrossFit® me abrió los brazos, un deporte que en ese momento todavía estaba en pañales en Francia.

Enseguida me cautivó la cultura de superación y el calor de su comunidad. Participé en competiciones, incluido el concurso Get Up, junto a los que ahora son grandes atletas. Mi periplo deportivo continúa hoy con la comunidad Viking Training, donde entreno en el corazón del gimnasio de mi garaje, en compañía de mi pareja. Hoy entreno más por placer que por competición. Mientras que antes intentaba demostrarme a mí mismo que era capaz, ahora es la pasión lo que me guía, no la búsqueda del rendimiento.